Quizás el mundo no se está acabando — quizás eres tú, despertando.
Nos encanta creer que esta vez, sí es el final.
Que el colapso es global, que la crisis es irreversible, que todo está por cambiar.
El clima, la IA, las guerras, la economía — las señales están por todas partes.
Pero… ¿y si no fuera el mundo el que colapsa?
¿Y si fuera tu mundo?
En realidad, cada uno de nosotros vive su propio apocalipsis en algún momento:
— el colapso de antiguas creencias
— la lenta muerte de las ilusiones
— el desvanecerse de la juventud, de la seguridad, de las certezas
Y proyectamos eso sobre el mundo.
Vemos en el cielo lo que arde por dentro.
Y cuando muchos sentimos ese colapso al mismo tiempo, se vuelve un momento cultural. Una profecía que se alimenta de nuestro cansancio interior.
Pero el sentido original de apocalipsis no es destrucción. Significa:
→ Revelación. El desvelar de lo que estaba oculto.
Y lo que se revela, en esos momentos de caída, es nuestra finitud.
Nuestros límites. Nuestra mortalidad. Nuestras ilusiones.
Eso no es el final.
Es el comienzo de la claridad.
En Pointfulness, ayudo a las personas a hacer las paces con este tipo de verdad:
→ El apocalipsis no siempre es el fin del mundo. A veces, es solo el fin de tus ilusiones — y el inicio de una vida sin ellas.