Entender el porqué

Dediqué varios meses a investigar lo que llamamos gravedad y estoy cerca de publicar una propuesta bastante interesante al respecto. Pero detrás de esa investigación volví a encontrar el mismo impulso que me anima con Pointfulness: entender cómo funciona algo y no conformarme con explicaciones ad hoc.


Mi trabajo sobre la mente sigue la misma lógica: comprender su funcionamiento y el impacto que tiene en nosotros. Creo que la comprensión de un fenómeno reduce en gran parte la tensión que genera. Sin embargo, como ocurre con Pointfulness, entender no significa encontrar una solución inmediata ni una anestesia para el sufrimiento.

Entender requiere un proceso analítico basado en hechos, pero la mente y la carga emocional del sufrimiento dificultan una mirada objetiva, especialmente sobre uno mismo. Al identificar las ilusiones que nuestra propia mente fabrica, podemos tomar distancia de ellas. Lo que queda entonces es la realidad tal como es—no para lamentarnos sobre ella, sino para que cualquier cambio que decidamos hacer tenga un impacto real, y no sea solo una reformulación de nuestra narrativa.

Un profesor de matemáticas solía decir: "No es porque hayas visto a un acróbata hacer un triple salto mortal mil veces que podrás hacerlo tú mismo." Hay que entrenarse una y otra vez. Lo mismo ocurre al demostrar un teorema… y también al modificar un estado mental.

Aquí es donde entra en juego un guía o un mentor. Alguien que ha recorrido el camino, que ha repetido el proceso una y otra vez. Conoce el terreno, puede seguir la pista y ayudarte a evitar los escollos. Contar con esa orientación hace ganar tiempo y evita quedarse varado.

Si enfrentas una situación cuyo sentido no logras descifrar, Pointfulness puede ayudarte. No todos los problemas tienen solución en la vida, pero lo que realmente importa es volver a sentirse liviano.