Cuando la filosofía era ciencia


A menudo repito que, en siglos pasados, quienes se dedicaban a la ciencia también ejercían el arte de filosofar. La matemática, la física, la medicina y el derecho, por mencionar algunas disciplinas, invitaban a reflexionar sobre los fundamentos de la vida consciente. Mi práctica filosófica, paralela a mis actividades profesionales, me llevó recientemente a desempolvar mi formación como ingeniero y a enfrentar, con fórmulas, un tema matemático y otro de física que rondaban mi mente desde hacía tiempo. Me gustó tanto que decidí hacer una pausa en Pointfulness, para volver renovado.

Si pi es un número irracional con infinitos decimales y sin repetición de secuencia, ¿ cómo puede un círculo estar realmente cerrado ? Respondí esta pregunta con un cambio de paradigma: el número pi irracional es una aproximación universal de la relación entre la circunferencia y el diámetro (C/D), que siempre es un número racional en un espacio discreto (observable). En rigor, pi pertenece al espacio continuo o euclidiano, pero es un “clandestino útil” en la realidad física. A partir de esta investigación, deduje y probé que el mundo físico es discreto (un dilema de la cosmología) y que existe un colapso geométrico del espacio continuo al espacio observable debido a reglas simples, como la necesidad de un punto central en un diámetro o de un número par de puntos en una circunferencia para respetar su simetría.

¿Por qué no se puede explicar la constante gravitacional G o la gravedad? Mi respuesta es que el universo tiene otra constante: su densidad propia o el volumen específico de la masa. La transformación conforme local de los ejes de referencia espaciales crea pozos o montes geométricos que explican el movimiento de los objetos hacia el camino de menor resistencia. Puede parecer complejo, pero es bastante simple y elegante. Con este modelo DCUU (Densidad Constante Uniforme del Universo), no hay necesidad de materia y energía oscuras ni de singularidades en los agujeros negros. Queda mucho trabajo por hacer para físicos de verdad, pero las simulaciones preliminares parecen bastante convincentes.

Si les interesa, pueden visitar el sitio www.zenodo.org y buscar publicaciones de Alain Kaczorowski. Tras estas digresiones, volveré pronto a la filosofía... o ¿acaso esto también es filosofía? 🙂